LA GUERRA DEL PARAGUAY
El
coronel uruguayo León de Palleja es retirado muerto
del campo de batalla del Boquerón. Una de las imágenes
históricas de la sangrienta y devastadora Guerra del
Paraguay.
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Presentación
Galería
de Imágenes de la Guerra del Paraguay
Bibliografía
recomendada
Presentación
Por los ríos del Paraná, Paraguay y Uruguay fluía la vida. Por
las tierras de vegetales selváticos o esteros relumbraba tranquilos
y serenos días. Hasta que, una vez, los hombres de tres naciones
trajeron los ojos negros de los cañones, el rumor combativo
de las caballerías, los efímeros campamentos saturados de carpas
blancas, los infantes que disparaban con fusiles a veces, y
embestían con bayonetas otras.
Venía la guerra con todos sus seguidores. Y la muerte inició
su sucesión de largas y macabras jornadas sanguinarias. La tierra,
antes verde y lujuriosa, se convertirá en tumbas y cementerios.
SÍNTESIS
DE LOS PRINCIPALES HECHOS DE LA GUERRA DEL PARAGUAY
(Texto
procedente de web: guerradelparaguay.org.ar)
La
Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870, ha sido uno
de los más trágicos y dolorosos acontecimientos de la América
Meridional, durante el siglo XIX.
Llamada de la "Triple Alianza", fue un terrible
enfrentamiento bélico donde la República Argentina, Su Majestad
el Emperador del Brasil y la República Oriental del Uruguay,
se unieron en alianza ofensiva y defensiva en la guerra promovida
por el gobierno paraguayo de Francisco Solano López, presidente
de dicho país.
CAUSAS
MEDIATAS DEL CONFLICTO
a)
El enfrentamiento político y militar entre los dos partidos
de la República Oriental del Uruguay, "Blancos" y
"Colorados", a partir de la invasión del General Venancio
Flores, en el año 1863, para derrocar al gobierno "blanco"
del presidente D. Bernardo Berro.
b) La participación activa del Brasil en esa campaña, argumentando
atropellos a los súbditos brasileños establecidos en el Uruguay,
y uniéndose al General Flores con fuerzas terrestres y navales,
hasta el triunfo definitivo de éste después de la toma de Paysandú,
que sucumbió heroicamente y del Sitio de Montevideo, hasta su
capitulación y tratado de paz con el vencedor.
c) La situación creada por la actitud diplomática del gobierno
blanco del presidente Atanasio Aguirre, solicitando la intervención
del gobierno paraguayo en la solución del conflicto entre Brasil
y Uruguay y denunciando además la existencia de un tratado secreto
entre Brasil y Argentina para repartirse los territorios del
Paraguay y del Uruguay, actitud que determinó el reclamo imperioso
de Francisco Solano López, presidente del Paraguay, a los gobiernos
de Brasil y de la Argentina.
d) Estado de guerra declarado por el Paraguay al Brasil, tras
la captura de un buque brasileño por el gobierno de Asunción
y la invasión y ocupación paraguaya a territorio en litigio
entre ambos países (Mato Groso).
CAUSAS INMEDIATAS DE LA GUERRA
a)
La negativa del gobierno argentino a acceder a lo solicitado
por el Presidente López para transitar territorio argentino
y atacar al Brasil; basada en una estricta neutralidad, ya manifestada
anteriormente y asumida ante los gobiernos del Uruguay y de
Su Majestad el Emperador del Brasil.
b) La declaración de guerra del Paraguay a la Argentina y la
invasión de tropas de ese país a nuestro territorio, con el
ataque al Puerto de Corrientes y captura de dos barcos argentinos
el 13 de abril de 1865, sin previa declaración oficial de guerra;
declaración que llegó a poder del gobierno nacional después
de dicha invasión.
c) La situación de guerra anterior entre el Paraguay y el Brasil.
DESARROLLO DE LA CONTIENDA
El
1º de Mayo de 1865, 18 días después del ataque e invasión a
la ciudad y provincia de Corrientes, la República Argentina,
su Majestad El Emperador del Brasil y la República Oriental
del Uruguay se unieron por un Tratado suscrito por Rufino de
Elizalde, por la Argentina, F.Octaviano de Almeida Rosa, por
Brasil y Carlos de Castro por el Uruguay, en alianza ofensiva
y defensiva, en la guerra promovida por el gobierno del Paraguay,
persuadidos de que la paz, seguridad y bienestar de sus respectivas
naciones era imposible mientras existiera ese gobierno del Paraguay,
siendo una necesidad imperiosa reclamada por los más importantes
intereses, hacer desaparecer ese gobierno, respetando la soberanía,
integridad territorial e independencia de la República del Paraguay.
(Art. 1º del Tratado).
La
acción defensiva: Al día siguiente del ataque naval paraguayo
al puerto de la ciudad de Corrientes y captura de dos barcos
argentinos, cuyos tripulantes fueron muertos o tomados prisioneros,
el 14 de abril de 1865, un ejército paraguayo al mando del general
Wenceslao Robles invade la provincia de Corrientes, apoderándose
sin resistencia apreciable de su capital, donde establece una
Junta de Gobierno, para continuar de inmediato su penetración
hacia el Sur, siguiendo la línea del río Paraná. Poco después,
otra agrupación paraguaya al mando del Teniente Coronel Estigarribia,
invade con destino a la ciudad brasileña de Uruguayana, pero
esas fuerzas se dividen en dos, a ambas márgenes del río Uruguay,
en tierra argentina las que manda el Mayor Duarte y en tierra
brasileña las que están al mando directo de Estigarribia.
Las fuerzas argentinas al mando superior de Mitre, a su vez
Generalísimo de las fuerzas aliadas, se movilizan y organizan
y éste establece su cuartel General en Concordia. Urquiza es
nombrado Comandante en Jefe de las tropas que operarían en Corrientes
y Entre Ríos y se envía urgentemente al General Wenceslao Paunero
con la primera división de ejercito hacia la zona del Paraná,
en operaciones contra Robles.
El 25 de Mayo de 1865, Paunero reconquista la ciudad de Corrientes,
con grandes pérdidas de vidas en ambos bandos, pero debió abandonarla
al no poder sostenerse sin apoyo de la escuadra brasileña. Esta,
después del triunfo en el combate del Riachuelo, diezma a la
escuadra paraguaya y accede al dominio fluvial de la zona. Creado
el "Ejército de Vanguardia" al mando del General Flores,
se le incorpora el ejército de Paunero y juntos se dirigen en
busca del Mayor paraguayo Duarte, a quien vencen en Yatay, al
norte de Paso de los Libres, el 17 de agosto de 1865. Mientras
tanto, las tropas paraguayas del Teniente Coronel Estigarribia,
que se habían apoderado de la zona de Uruguayana, son sitiadas
por las fuerzas combinadas de la Vanguardia de Flores y de las
brasileñas al mando del Marqués de Porto Alegre. Con la presencia
del Emperador del Brasil y del Generalísimo Mitre, se decide
atacar el ejército paraguayo, cuyo jefe termina por rendirse
el 18 de septiembre junto con 59 jefes y oficiales, 5.500 hombres
de tropa, banderas, armas y bagajes. Ante esta situación, y
por orden superior, el grueso del ejército paraguayo del Paraná,
al mando del General Isidoro Resquín, que había reemplazado
a Robles, se retira del territorio argentino rumbo al Paraguay,
a fines de Octubre, arrasando a su paso, toda la zona a transitar.
Los distintos grupos del ejército aliado se concentran en la
zona de Mercedes para marchar hacia el norte de la provincia,
rumbo al Paso de la Patria, a donde arriban a fines de diciembre.
La acción ofensiva: Pese a las deserciones de la caballería
entrerriana de Urquiza, que se subleva en Basualdo y en Toledo,
por fin arriban todas las fuerzas aliadas al Campamento de las
Ensenaditas, sobre el Paso de la Patria, para intentar el cruce
del río Paraná y proceder a la faz ofensiva de la guerra, atacando
al enemigo en su propio territorio.
El comando Aliado discrepa con el General en Jefe, Mitre, sobre
la elección del lugar del pasaje por el río. La mayoría quería
pasar a viva fuerza, en cruce directo y a la vista del enemigo;
solo Mitre pretende realizar una operación demostrativa frente
al enemigo pero lanzando la masa del ejército en otro lugar
alejado del río. En Consejo de guerra se impone el criterio
de la mayoría y se procede a la grandiosa operación del cruce,
en la zona de Itaipirú.
Dos hechos de armas, previos al cruce, templan el espíritu de
los aliados: el combate de Pehuajó, el 31 de enero de 1866 librado
por las fuerzas argentinas de la Segunda División "Buenos
Aires" al mando superior del general Emilio Conesa contra
fuerzas de desembarco paraguayas que fueron finalmente rechazadas,
sufriendo ambos bandos grandes pérdidas de vidas, entre ellas,
la de varios jefes argentinos como Márquez y Serrano. El otro
hecho de armas fue protagonizado por fuerzas brasileñas al mando
del mayor Cabrita, que fueron atacadas en una isla por fuerzas
paraguayas que cruzaban, en botes, el río con marcada frecuencia,
siendo éstas rechazadas, aunque con la muerte del valiente defensor
Cabrita.
El 16 de abril comenzó la importante operación del cruce del
ejército aliado, que estuvo a cargo del General brasileño Osorio,
terminando la misma el día 23.
Ante la amenaza de un ataque conjunto a las posiciones paraguayas,
López decide abandonar su campamento de Paso de la Patria y
retroceder hacia el Estero Bellaco. Abandonado y quemado, el
campamento es ocupado por las fuerzas aliadas. El 2 de mayo
se produce un ataque paraguayo a las avanzadas de la vanguardia
de Flores, en Estero Bellaco. El día 20 los aliados ocupan Tuyutí,
con intención de atacar el ejército paraguayo, lo que decide
a López a adelantarse sorprendiendo al enemigo antes de haber
completado su dispositivo. El 24 de mayo, 24.000 paraguayos,
en cuatro columnas atacan al ejército aliado, fuerte de 32.000
hombres. La sangrienta y denodada lucha da el triunfo a los
aliados, abandonando López el campo después de perder 14.000
hombres. Este derrota fue fundamental para el éxito final de
la guerra, pese a la heroica resistencia de más de tres años,
del ejército y pueblo paraguayos.
Yataity Corá, Sauce y Boquerón: No obstante la derrota, el mariscal
López, después de renacer su ejército, trató de mantener una
ofensiva por medio de ataques sorpresivos y construcción de
fortificaciones, desde donde atacaban diariamente a las fuerzas
avanzadas aliadas. Para evitar en lo sucesivo estas correrías,
el General Mitre, dispuso la ocupación de Yataity Corá. El 10
y 11 de julio los paraguayos atacan la guardia argentina siendo
finalmente rechazados, cubriéndose de gloria muchos batallones
argentinos del Primer Cuerpo de Ejército que mandaba Paunero:
Batallones Catamarca, Corrientes, el día 10 y el día 11, nuevamente
el Corrientes, 1º de Línea, San Nicolás, 3 de Línea, Legión
Militar, 4 y 6 de Línea y 1ª. Legión Voluntarios. El día 16
el mariscal López se decide a atacar el ala izquierda del ejército
aliado, aprovechando las construcciones que habían hecho levantar
en un abra denominado Boquerón. Entonces el ejército brasileño
decide atacar esos reductos, lo que no logra el día 16. El 18
se repiten esos ataques infructuosos sobre la última trinchera
paraguaya, la del Sauce. En Boquerón y Sauce las tropas argentinas
volvieron a demostrar su heroísmo.
Entrevista de Yataity-Corá y Curupaity: En Junta de Guerra,
el comandante aliado decide tomar el fuerte de Curuzú, contando
con la escuadra del Almirante Tamandaré para atacar después
la fortaleza de Curupaity y avanzar así hasta Humaitá, fortaleza
paraguaya que impedía el avance aliado hacia el norte. El 3
de septiembre es tomado el fuerte de Curuzú. El día 21, en Yataity
Corá se entrevistan Mitre y López. Este formula proposiciones
de paz, que no prosperan porque el Mariscal no acepta su retiro
del mando. Para el día 17 se planea el ataque a Curupaity pero
por razones climáticas se posterga para el 22, contando con
la cooperación de la escuadra del almirante Tamandaré. Esta
no se produjo y el ataque resultó un desastre para las armas
aliadas, cuyos efectivos quedaron diezmados. En el ejército
argentino, que derrochó valor y heroísmo, ocurrieron valiosas
pérdidas de vidas, muriendo en la acción o de resultas de ella,
destacados jefes como Charlone, Roseti, Fraga, Díaz y Salvadores,
y bravos oficiales como Francisco Paz, Dominguito Sarmiento,
Grandoli, etc.
Al desastre de Curupaity sucede un período de inacción operativa
que se prolonga hasta julio de 1867, en que el General Mitre
se reincorpora al ejército aliado en Tuyú Cué, para iniciar
las operaciones del sitio de Humaitá, que finalmente es tomado,
ante el abandono por parte de López de esa ya endeble posición.
El 5 de agosto de 1868, los restos de la heroica guarnición
se rindieron a los aliados. Ya el general Mitre había regresado
definitivamente a Buenos Aires por el fallecimiento del vicepresidente
en ejercicio de la presidencia, Dr. Marcos Paz, ocurrido el
2 de enero de ese año.
La persecución al ejercito muy diezmado de López, que poco a
poco se iba replegando hacia el norte, ante sucesivos avances
aliados, adquirió visos de epopeya y algunos episodios bélicos
como la sangrienta batalla de Lomas Valentinas librada por fuerzas
brasileñas y argentinas del 21 al 27 de diciembre de 1868 acabando
con las últimas resistencias de López y el asalto de Peribebuy,
el 12 de agosto de 1869, donde las tropas argentinas al mando
del coronel Luis María Campos conquistaron los últimos reductos
que oponían solo el coraje de unos pocos defensores, fueron
los actos finales de una epopeya que terminó definitivamente
con la muerte del Mariscal Francisco Solano López, el 1º de
marzo de 1870 en Cerro Corá, sobre las márgenes del río Aquidabán.
"Muero con mi patria" fueron sus últimas palabras
y a fe que era una triste realidad, pues todo un pueblo quedó
aniquilado y exhausto.
CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
b)
Los aliados, en acción conjunta y de presencia, no impusieron
la paz, como derecho inalienable del vencedor, con estas consecuencias:
- Una paz por separado con el vencido; - El vencido encontró
la oportunidad de discutir derechos sobre territorios en litigio,
que constituyeron objetivos políticos de la guerra; quedándose,
al final, con parte de ellos mediante arbitraje. Debilitamiento
de las relaciones diplomáticas entre los vencedores, que debieron
corregirse por agentes con misión extraordinaria, para evitar
un rompimiento de relaciones.
c) La República Argentina quedó con problemas de límites pendientes
con el vencido, que casi cien años más tarde puede considerárseles
concluidos: tal la discusión de la desembocadura del Pilcomayo,
protocolizado por el tratado Ameghino-Pecci, resultando también
favorecido el Paraguay.
d) Se afirmó la conducta altruista de la Argentina, después
de una de las más cruentas borrascas con sus vecinos de América,
ratificando una digna tradición diplomática mantenida siempre
con todos los pueblos del mundo. (*)
(*)
Fuente: http://www.guerradelparaguay.org.ar/historia.htm
El conflicto bélico del Paraguay no fue
una guerra más.
Fue
una gran matanza cercana a la condición
del genocidio en el caso del pueblo paraguayo.
El Brasil sufrió 168.000 bajas y un gasto
de 56.000.000 de libras esterlinas. La Argentina
tuvo 25.000 muertos y un gasto de 9 millones
de libras esterlinas. El Uruguay padeció
de 3.000 mil muertos y experimentó una deuda
de 248.000 libras esterlinas. Pero Paraguay
fue la gran víctima. Antes del inicio de
la guerra su población era de 1.300.000
personas. Al final del conflicto, sólo sobrevivían
unas 200.000 personas. De éstas, únicamente
28.000 eran hombres; la mayoría de las cuales
eran niños, ancianos y extranjeros. Del
poderoso ejército paraguayo de 100.000 soldados,
en los últimos días sólo quedaban cuatrocientos.
Al expirar la guerra, luego de la infructuosa
defensa de Asunción en Lomas Valentinas,
más de diez mil paraguayos protagonizaron
una caravana de la que sólo unos pocos sobrevivieron.
Tras doscientos días, los espectrales viajeros
llegaron a Cerro-Corá. Rodeado de selváticas
y tórridas extensiones, López decidió una
resistencia final. Su hijo, el coronel Panchito,
de solo quince años, morirá protegiendo
a sus hermanos menores y a su madre, Elisa
Lynch. López mismo perecerá, afirmando con
seguro orgullo: "¡Muero con mi Patria!".
Antes
de la conflagración asesina, el Paraguay
prometía un notable desarrollo industrial.
Fue el primer país sudamericano en poseer
ferrocarril. Luego del extermino de buena
parte de su población, la nación paraguaya
nunca pudo recuperar su antiguo esplendor.
La guerra del Paraguay fue más destructiva
que otros conflictos de aquella época como
la Guerra de Crimea, la Guerra de Secesión
de Estados Unidos o La guerra Franco-Prusiana.
En la raíz del conflicto está la imprudencia
de Venancio Flores al aliarse con Brasil
para conseguir el poder político en su propio
país, la ambición de los brasileños respecto
al Uruguay, y los interese ingleses en mantener
un "estado tapón" (el Uruguay)
para impedir que Argentina o Brasil monopolizarán
la navegación por el Río de la Playa o el
río Uruguay. Sin eximirla de sus responsabilidades,
Argentina fue el garante de la conservación
de la independencia y la soberanía territorial
paraguayas. Argentina sabía de las intenciones
del Brasil de anexarse la tierra del mariscal
que sucumbió en Cerro-Corá. Mediante arduas
gestiones diplomáticas, se logró la firma
del tratado Irigoyen-Machain por el que
se determinaron límites territoriales definitivos
y se consiguió la retirada de los brasileños
del Paraguay el 22 de junio de 1876.
En este momento de Galerías históricas de
Temakel, buscamos promover el recuerdo de
aquella trágica guerra en la que existió
mucha traición y bajeza, pero también mucho
heroísmo y pasión por la propia tierra y
amor por las insignias nacionales.
Las imágenes que le presentamos aquí fueron
obtenidas por la compañía fotográfica del
irlandés George Thomas Bate. A su vez, la
difusión y conocimiento de estas fotografías
se deben en parte al destacado esfuerzo
de Miguel Ángel Cuarterolo, editor gráfico
del diario argentino Clarín. Muchas reproducciones
fotográficas fueron extraídas de las albúminas
originales existentes en museos, álbumes
familiares, y colecciones privadas.
La guerra del Paraguay, el genocidio casi
completo de un pueblo sudamericano, es una
de las más dolorosas turbulencias de la
historia. Su recuerdo es un acto de justicia
para todos los que padecieron y murieron
en días en los que el sol nunca brilló.
Esteban
Ierardo
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Galería
de Imágenes de la Guerra del Paraguay
(tomas las
imágenes pueden ser ampliadas mediante un clik)
Arriba, izquierda: Legión
paraguaya bajo las órdenes del coronel Federico Báez; derecha: en
Paysandú, Leandro Gómez, izquierda, junto a otros hombres que
defienden la ciudad uruguaya, inspeccionan los daños causados por el
bombardeo brasileño. |
Arriba, izquierda, oficiales
del Batallón 1 de Corrientes; derecha: niños paraguayos junto a un
militar. |
Arriba, izquierda, desembarco
de tropas aliadas, en pintura de Cándido López. López era un soldado
que perdió el brazo derecho en Curupaity.
Desde entonces se convirtió en "el manco López"; pintó
con la mano izquierda y su obra es uno de los máximos testimonios
artísticos y documentales de la Guerra del Paraguay. Arriba, derecha:
Combate de Acaguazá en el Chaco, por José Ignacio Garmendia, el otro
pintor de la contienda. |
Arriba, izquierda: Imagen de
un hospital paraguayo; en el centro: la Iglesia de Humaitá
semidestruida por la acción de los cañonazos de cinco acorazados
brasileños que la bombardearon durante varios meses. Derecha:
cadáveres paraguayos. |
Todas las imágenes aquí
presentadas proceden del muy valioso libro de recopilación de Miguel
Ángel Cuarterolo. Soldados de la Memoria, Imágenes y hombres de
la Guerra del Paraguay, Buenos Aires, Planeta. |
Bibliografía
recomendada sobre La guerra del Paraguay:
León
Pomer, La guerra del Paraguay. Política y negocios,
Centro editor de América Latina.
José
María Rosa, La guerra del Paraguay y
las montoneras argentinas, Biblioteca argentina de historia y
política, Hispamérica, 1985.
Fernando Baptista, Elysa Lynch, mujer de mundo y
de guerra, Emecé, Buenos Aires, 1987.
Miguel
Ángel Cuarterolo. Soldados de la Memoria, Imágenes y hombres de
la Guerra del Paraguay, Buenos Aires, Planeta.
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